La banda Familia de Lobos lanzó su primer disco de estudio, de nombre homónimo, el 11 de julio de 2017 a través de Bandcamp y, a principios de este año, volvieron a Spotify, luego de lanzar su álbum en vinilo. Conformada por Eric Moreno en la voz, caja vidalera, arco y sintetizadores; Charly Cross en bajo, guitarra, percusión, bombo legüero y programaciones; y por María Anselmo en la caja vidalera y también en el bombo legüero, este joven grupo se autodefine como “rock psicodélico de Argentina”. Sin duda alguna, la aclaración del país de origen tiene algo que decir: una psicodelia que logra combinar ritmos folklóricos tradicionales sudamericanos con algo especial y atmosférico que alude a lo mejor del stoner metal.

En un mundo globalizado, en el que parece que todo está inventado, parece difícil innovar. Y es aún más difícil encontrar gente que lo haga. Pero descubrir a Familia de Lobos te hace pensar lo contrario. Además de los instrumentos tradicionales, como la guitarra y el bajo, este grupo oriundo de Lomas de Zamora utiliza instrumentos de la época precolombina y que uno nunca se imaginaría que podrían utilizarse para combinar géneros tan opuestos como son el folklore y el rock. La caja vidalera, el bombo legüero, una flauta, a la vez que vientos y sonidos programados, se hacen presente en este disco que, de cierta manera, busca contar una historia.

En Todo lo que Brilla, el primer tema del disco, ya puede observarse esta hermosa combinación de flauta, vientos, percusión y guitarra eléctrica con reverb, que inmediatamente genera una teletransportación a la psicodelia de los ’70. Pero no a cualquier lugar: las montañas de cualquier parte de Argentina o, incluso, de Sudamérica toda. La constante repetición de ritmos y los solos de flauta hacen pensar que acá hay algo distinto, porque en muy pocos discos “un indio malo con los ojos blancos danza con lobos y perece en la ciudad”.

A medida que el disco avanza, es necesaria una advertencia para el oyente: cada canción lo irá sumiendo aún más en un estado de trance y relajación. Las líneas de bajo que dan comienzo a “El Viento y La Luz”, la segunda canción, a la vez que la guitarra emite un pequeño riff para introducir a la excelente voz de Moreno, realmente hacen sentir el viento y la luz en la cara.

Un párrafo aparte merece Sangría, el tercer tema del álbum. Cuando parecía imposible adquirir un estado de más relajación y creer que el disco seguiría en la misma tónica, las flautas comienzan a sonar e, inmediatamente, un ritmo de percusión que combina a la perfección para que dé comienzo la voz, que nunca canta más de unos pocos versos por canción. Podría decirse que este es el tema en donde se conjuga a la perfección la mezcla entre folklore y rock, y en donde logran crear un ambiente “para olvidar a los ojos del diablo”.

El disco continúa con temas excelentes como Mi Amor Salvaje y La Conquista del Desierto, para cerrar con el track Familia de Lobos, que comienza en un preludio entre la cuarta y la sexta canción, y es lo más dinámico en cuanto a ritmo que puede observarse en el disco, a la vez que, como a lo largo de todo el álbum, la combinación de instrumentos es perfecta. Sacarse de la cabeza el patrón rítmico de esta canción, a la vez que la breve letra, será tarea imposible.

En este primer álbum, que se espera sea el primero de muchos, puede observarse una banda joven con mucho talento para mezclar algo que parece tan separado como lo es el rock (que roza lo stoner metal por momentos) y los ritmos sudamericanos. A su vez, es interesante la historia que se proponen contar tanto en cada tema como en el disco entero, que no supera los 50 minutos, y cada vez que se lo escucha es una experiencia diferente. La revolución musical tiene nombre, y se llama Familia de Lobos.

Escrito por: Federico Muiña

Foto de Portada: Joaquin Burgariotti