Sin duda el Heavy Noise Festival, que comenzó tímidamente,  hoy es la alternativa para ver lo mejor del metal en muchas de sus variantes (Death, Black, Thrash, Grind y Sludge Metal) de la escena local.  Con exponentes como Dragonauta, Avernal, NUM, Montañas y varias bandas más que se suman a los emergentes y a los consolidados.

Este año, la tercera edición fue en el Roxy Live el fin de semana pasado, 2, 3 y 4 de febrero.  El primer día de la mano de las siguientes bandas: Undermine, Sobre Tus Cenizas, The Conjuring. Tres bandas que suenan brutal arriba del escenario, súper afilados y que dan presentaciones de alta vibra. Frater, un exponente más del metal progresivo y Taenia, una propuesta instrumental interesante que apunta al Groove  y los  contratiempos.

El día 2 comenzó con Victimario, una banda que se daba a conocer por primera vez en este tipo de festivales. Definitivamente, la propuesta más extrema del ciclo, no solo desde el sonido sino también desde la imagen, sobre todo desde la incorporación de Gonzalo Aguilar como vocalista: ojos vacíos, implantes, y modificaciones corporales que dan testimonio de que lo extremo no es solo una propuesta musical sino un estilo de vida. Victimario es dueño de un sonido grueso y contundente, con pasajes de claro virtuosismo y una presencia escénica, si bien parca, definitivamente a tono. Presentaron temas de su disco debut “Sculpture of Insane Minds” (que los llevó a estar muy cerca de participar en el Wacken Open Air de Alemania, en un concurso organizado por Vorterix) y algo de material nuevo próximo a grabarse.

A Güemes, si bien es una banda joven, la componen exponentes de larga trayectoria: Los ex Mastifal Alex Martin y Miguel Maciel; Sebastian “Cyto” Maguna (ex Avernal y Buffalo) y Cesar Escobar (de Lesa Humanidad). Traen una propuesta muy ligada al Thrashy Groove Metal, con algo de Death, sin dejar de lado las claras influencias de la escena Hardcore/Punk, a la que homenajean con covers de NDI y 2 minutos. Constituyen, sin duda, un buen contrapunto respecto del acto que los precedió para mostrar, en apenas una hora, lo abierto y variado que es el festival. Impecables desde la ejecución, los Güemes son una banda compacta a la que se le nota la experiencia.

La noche continuó con la presentación de Misa Negra, una banda que aún no cuenta con material de estudio (muy pronto a editarse), pero que gracias a que sus integrantes forman parte de varios otros proyectos de la escena (Burden Rage, Undermine y Warbreed, entre otros) generan un interés particular en el público. Más en la vena Death, pero con fuerte anclaje de Groove metal, Misa Negra no defrauda y suma una buena dosis de energía con el mayor despliegue de headbanging de la noche.

A esta altura, el Roxy empezaba a llenarse. El plato fuerte de la noche aseguraba una buena concurrencia y si alguno de los presentes todavía no conocía a Montañas, recibió una excelente tarjeta de presentación. No es novedad si decimos que la banda tiene un gran presente de la mano de dos grandes discos, una performance enérgica y un público que acompaña y corea todos los temas. Saben ser densos y mugrosos, mutar en un formato más “canción” y también componer hits thrasheros como “Corriendo con Lobos” o “Perro del Infierno”. Lo único que lamentamos es que no toquen tan seguido como nos gustaría.

Durante el set de Misa Negra, su vocalista (Rodrigo Plascencia) anticipaba lo que iba a venir más tarde: “En un rato viene Avernal y nos coge de parados a todos”. Dicho y hecho.
¿Qué se puede decir de Avernal que no se haya dicho a esta altura? Quizás no tienen un gran despliegue en escena (son más medidos en ese sentido) pero no lo necesitan. Suenan tan contundentes que se hace difícil pensar en otra banda que haga tanto mérito para plantarse en cualquier festival europeo, e incluso pasarle el trapo a varias de las que hoy ocupan esos lugares. Su extensa trayectoria tiene actualmente su punto más alto de la mano de La Quimera de la Perfección, placa en la que basan su presentación: “Habitante de cadáveres”, “Mediador”, “El guardián de la sombra”, “Arquetipo de Saturno” y “Revelación” entre los más coreados, junto a algunos clásicos como “Huacalera” y “Hoy podés pudrirte”. Coronan la noche con “La Resurrección” en la despedida.

Moraleja: Si te enterás de que toca Avernal, andá a verlos… Después, cuando toquen en el Hellfest, vas a poder decir: “Yo los vi cuando tocaban en el Roxy”

avernal

Domingo y ya con olor a final, el Heavy Noise apostó a lo más oscuro. Con Dragonauta para el cierre, NUM, Hërpes, Psicosfera y Protus.

Protus, muy ligada al metal técnico y con alguna cadencia del heavy clásico en las guitarras, dieron un muy buen show de arranque. La banda formada por Juan Manuel Pujol (voz) Marco Casella (batería), Jonathan Calvo (bajo), Felipe Villadangos y Francisco Guerrero (guitarras), editó el EP “Proliferan Las Mentiras” en el 2015 y desde ese momento se fueron abriendo paso en la escena pesada. Psicosfera ya tiene un público asentado y es una banda explosiva, se adueñan del escenario con la oscuridad y voladez que los caracteriza. Hoy son una de las mejores propuestas del metal progresivo instrumental.

Los encapuchados de Herpes llegan al escenario y como quien no quiere la cosa, la banda se abre camino a fuerza de hermosos riffs y punteos de viola que nos recuerdan lo mejor del heavy metal de los ´80s. La velocidad pseudo punk también está ahí; las letras y la actitud casi desentendida hacen que sea una banda que nunca aburre.

NUM se sube al escenario y el cantante Nacho se come toda la atención, se adueña del lugar, hace chistes, descontractura la cosa, se baja del escenario, se va, vuelve.  La banda es muy buena, se nota a pleno la influencia Meshuggah. Todas las canciones tienen la fuerza técnica que quieren transmitir. Ya tienen un público fijo que los sigue y arenga. La banda da un show al frente y se despide.

Dragonauta, los actuales reyes de la oscuridad: la banda se impone sobre el escenario, con canciones nuevas que pertenecen al disco que está pronto a editarse. Estos temas son el reflejo del camino que tomó la banda en las tablas. Más rápidos por momentos, más oscuros como mencionábamos; una presencia más despierta, menos adormecedora que la de la formación anterior.  Lucien (bajo y voz) arenga y se compenetra, mientras Federico Ramos y Evildinsky desde su lugar se encargan de captar los sonidos de lo profundo para llevarlos a la superficie. El baterista Leo Hellgros también es parte de esta nueva etapa y le incorporó dinamismo a la batería.  

De esta manera se cerró el festival más pesado de Buenos Aires. Una tercera edición redonda y una cuarta asegurada.