Luego de ocho años de habernos visitado y después de casi cuarenta de formación, los padres fundadores regresaron para mostrar que aun pueden destruir.

Como pasó tanto tiempo desde su última visita al país,  una buena cantidad de gente se hizo presente en el Teatro Flores. Alrededor de las 21:30, se abrió el telón para dar lugar a una intro, un escenario lleno de humo y una batería, detrás de la cual Venom salió a escena. Sonó Long Haired Punks, seguida de The Death of Rock and Roll, un doblete de temas de su más reciente placa, “From The Very Depths”, para luego dar lugar al primer clásico de la era dorada de Venom: Bloodlust.

La banda sonaba ajustada,  el guitarrista Rage cumplía sin problemas la tarea de interpretar la onda ochentera de los temas mas viejos, y al histórico Cronos se lo veía contento con la reacción de la gente a los temas nuevos. Sin embargo, la nota la dio el baterista Dante, un animal que no paró un segundo de meter acrobacias y malabares entre tema y tema, sin dejar que decaiga un segundo la intensidad del show, con dos platillos delante de sus dos bombos y casi fuera del alcance de su mano.

La lista siguió mezclando temas de los discos que grabó Cronos con la banda,  principalmente de la última etapa, como Pedal to the Metal y una festejadisima Pandemonium, muy coreada por un sector del público, que demostró no haberse conformado solo con los primeros tres discos.  Luego, sonó The Evil One antes de dar paso a uno de los momentos más intensos de la noche: Welcome To Hell y Countess Bathory, uno atrás del otro, sin anestesia. Para este momento, todo el público se sumó a corear estos clásicos absolutos del género.

Para empezar a despedirse, tocaron Fallen Angels, una demoledora Warhead (con un peculiar discurso de Cronos contra las bandas tributo, que algunos interpretaron como una chicana a Venom Inc., la banda que los miembros restantes de la formación original crearon con el cantante que lo suplantó cuando Cronos se fue de la banda) y Rise. La banda se retiró del escenario y tras una brevísima pausa volvieron para dos bises que terminaron de incendiar a la gente: el infaltable Black Metal, seguido de Witching Hour, en versiones afiladísimas que fueron  el broche de oro de la noche.

Algunos se quejaron de la falta de clásicos, algo entendible conociendo la relevancia que tuvieron “Welcome To Hell”, “Black Metal” y “At War With Satan” en el metal, comparados con las placas de ahora. Sin embargo, Venom tiene suficiente fe en su trabajo reciente como para darles más lugar a estos temas que a sus clásicos. En el 2017, Venom se niega a vivir de la nostalgia y apuesta al presente.

Con shows como este, no hay más que darles la razón.

Reseña: Agustín Morelli